Historia:
La zanahoria, perteneciente a la familia de las apiáceas es rica en carotenos, compuestos que nuestro hígado trasforma en vitamina A. Cultivo herbáceo anual del que se aprovecha la raíz.
En nuestra localidad se cultiva tradicionalmente una variedad diferente a la que encontramos normalmente en los mercados y que utilizamos en cocina. Esta variedad local presenta frente a la zanahoria corriente una tonalidad y textura diferente. La zanahoria autóctona se presenta en colores amarillo pálido o violetas frente al anaranjado de la que encontramos en los mercados que es de color naranja. Su textura es menos compacta, más aguosa y dulce.
Desde siempre en Jumilla se ha cultivado en la huerta tradicional y era frecuente encontrar en la puerta de las casas capazos y cestos con esta verdura, para indicar al transeúnte que estaban disponibles para la venta. Aunque todavía existen familias que las cultivan, cada vez es menos frecuente su venta, al desaparecer la tradicional venta a domicilio. Lo singular y localizado de esta variedad de zanahoria, hace imprescindible y necesario recopilar y conservar su simiente en un banco de semillas a fin de preservar este rico ejemplo de biodiversidad que bien podemos considerar patrimonio de Jumilla.
Su consumo era, por lo general, en ensaladas aderezadas con aceite y vinagre.
Ingredientes:
- Zanahorias de jumilla (2 por persona).
- Aceite.
- Vinagre.
- Sal.
Elaboración:
Una vez bien lavadas las zanahorias, a fin de eliminar restos de tierra procedentes del campo se raspan con el cuchillo quitándoles pequeñas raicillas y la piel más superficial.
A continuación se cortan en rodajas finas que se van depositando en el plato o fuente donde se servirán.
Aderezamos con aceite virgen de oliva, vinagre y una pizca de sal al gusto de cada cual y ya tenemos lista nuestra ensalada.
Variantes:
No se conocen
Recopilación:
- Plácido Guardiola